Científicos de la Universidad de Pittsburgh analizaron qué factores ayudan a las personas a seguir programas de pérdida de peso. Los resultados preliminares de su estudio se presentaron en la conferencia médica EHI Lifestyle, organizada por la American Heart Association.
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Durante el experimento, los científicos analizaron el rendimiento de 125 adultos que se inscribieron en un programa de pérdida de peso de 12 meses. A lo largo de la duración del programa, los investigadores rastrearon varios parámetros: el cumplimiento de la ingesta calórica recomendada, el nivel de actividad física y la calidad del sueño (datos de dispositivos portátiles e informes de los propios participantes).
Para evaluar la calidad del sueño, se tuvo en cuenta el tiempo en la cama, la duración del sueño, la satisfacción y la sensación de vivacidad después del despertar. Y resultó que la calidad del sueño es realmente importante para aquellos que quieren seguir una dieta y hacer ejercicio regularmente.
Después de ajustar por edad, sexo, raza y tener una pareja durmiendo en la misma cama, los autores encontraron que las personas con un puntaje de calidad del sueño más alto tenían más probabilidades de asistir a clases grupales como parte del programa, comer dentro del nivel de calorías sugerido y participar en actividad física.
Los autores señalaron que la búsqueda de un vínculo entre el peso de las personas y cuánto duermen, dedicó a más de un centenar de estudios. Un nuevo experimento ha demostrado que no se trata de la relación entre la cantidad de sueño y el peso directamente. De hecho, si dormimos lo suficiente depende de si somos capaces de hacer un esfuerzo para controlar el peso.
Probablemente se deba a que el sueño afecta el hambre, el metabolismo e incluso la tendencia a elegir alimentos y actividades más saludables. Esta es una prueba más de que las mejoras en un área de la vida pueden conducir a otras mejoras.
El siguiente paso es investigar cómo mejorar eficazmente el sueño ayuda a aumentar la actividad física y la pérdida de peso en experimentos con voluntarios. Además, es importante ampliar la muestra de voluntarios: el experimento original estaba dominado por mujeres blancas con una edad promedio de 50 años.
También es necesario averiguar cómo actuar para aquellos que desean establecer el sueño y perder peso. ¿Es necesario primero poner en orden el sueño, y solo luego introducir en el programa de entrenamiento, o es mejor comenzar estos cambios al mismo tiempo? Es probable que surja evidencia científica sobre este tema en unos pocos meses o años. Y mientras espera los resultados, no será superfluo comenzar con usted mismo: tal vez una hora extra de sueño cambie su vida.